Emoción, reencuentros, risas, abrazos y una historia en común que los une. Así fue catalogado por sus organizadores el primer encuentro de Saladillenses, llevado a cabo el sábado 3 de marzo en el sector de Río Blanco.
Cuarenta y seis personas, todos habitantes del campamento minero de Saladillo en diferentes décadas llegaron hasta las instalaciones del Hotel Río Blanco sin saber qué podía pasar. Tras algunos minutos de espera y, a medida que llegaban los participantes, las risas y abrazos no se hicieron esperar.
La iniciativa, propuesta por un grupo de amigos durante un almuerzo se hizo posible gracias a los contactos proporcionados por las redes sociales, en este caso Facebook, ya que mediante este sitio se hicieron más de 300 invitaciones, lograron hacer los contactos y encontrar a gente que no se veía desde hace muchos años.
Berta Vidal Fierro y Jorge Fuentes Cid son dos de los organizadores de esta reunión, junto a Jorge Ojeda y Myrian Fuentes. Señalan que para lograr que este encuentro tuviera éxito se necesitó la colaboración de todos los participantes y el aporte de Codelco más el Sindicato Unificado de Trabajadores de Andina.
Según cuenta Berta, la idea surgió de un momento a otro y se comenzaron a hacer los contactos y programar una visita que permitiera hacer un recorrido por la capilla, el rancho, sala de cine y la piscicultura.
“Todo esto nació en un restorán de Los Andes y quisimos hacer una reunión. Empezamos a hacer presupuestos y había instancias donde podíamos acercarnos como el Sindicato Unificado de Trabajadores y Comunicaciones de Codelco Andina. Enviamos y enviamos correos, la tecnología es increíble y mandamos más de trescientas invitaciones. A la larga reunimos 46 confirmados. Con eso en mano fuimos a Codelco y nos apoyaron de inmediato”.
“Esto de encontrarnos con amigos de hace muchos años es fantástico, muy emotivo. La misa en la capilla, que fue abierta especialmente para nosotros. Hay mucha gente que quedó fuera porque venían llegando de vacaciones y no pudieron inscribirse. Estamos pensando que para septiembre u octubre podamos tener otro encuentro”, comentó Berta.
Jorge Fuentes Cid señaló que no pensaron que iba a prosperar la idea, “pero hoy llegaron 46 personas y estamos felices. Planificamos todo cuidadosamente y ofrecimos a la gente un programa determinado para que se pudieran entusiasmar. Hemos conversado en incluso formar una agrupación que realice actividades de este tipo y poder juntarnos con las personas que fueron nuestras amistades en el tiempo de nuestra niñez o juventud. Sin las redes sociales no hubiéramos podido organizar nada y hoy estamos viendo realizado este anhelo. Queremos consagrarnos como un grupo y ver de qué forma nos puede cooperar la División, hacer más encuentros y ojalá duplicar la cantidad de gente que vino hoy”.
Visitas desde muy lejos…
Alejandro Oyanedel Obrigado vive hace veinte años en Nueva Zelanda. En una visita que está realizando a sus padres quienes cumplen cincuenta años de matrimonio se enteró que se estaba organizando una junta para recordar viejos tiempos y no dudó en sumarse.
“Hace como tres meses que estoy en contacto con los organizadores. Vine a juntarme con gente conocida y estamos todos diferentes, es emocionante. Pude entrar en el departamento en que vivía y fue lindo, encontré todo pequeñito. Deben venir más personas y compartir. En otra oportunidad también podrían incluirse a los niños porque me encantaría que mis hijos conocieran Saladillo”.
Américo Silva Meneses: “Es muy nostálgico recordar momentos de infancia, desde que uno hace la primera comunión o confirmación en esa capilla y comparte con todos los amigos. Vi caras que no veía hace treinta años por lo menos. Pude ver a muchos de mis amigos que nos conocimos y estudiamos acá. Esta visita es maravillosa, es un reencuentro con nuestra gente, nuestro pasado y nuestras raíces. Hoy vivo en Puerto Montt y me enteré como todos los que vinimos por las redes sociales. Estoy feliz de compartir y aprovechar esta oportunidad”.
María Magdalena Salas Araya. “Ha sido fabuloso y triste. Ver cómo está cambiado, antes era todo tan lindo. El encuentro con todos los amigos. Conocía a casi todos los que hoy estamos. Vivo en Antofagasta y me enteré por Facebook, de inmediato decidí venir, aprovecho de visitar a mis padres y compartir con gente conocida. Todo ha sido muy bonito”.
Carol González Cortés. “Para mí ha sido novedoso y significativo porque es cerrar un ciclo. A pesar de muchas cosas que se interponían para no venir pude hacerlo y fue importante. Aparte de no acordarme de muchas caras fue muy emotivo visitar el lugar. Viví toda mi niñez en Saladillo y me pareció recordar todos esos momentos. Somos varias generaciones los que vinimos, caminamos mucho y fue agotador pero valió la pena”.