El fundido proveniente de los hornos es vertido al molde y el operador, desde la cabina, dirige el proceso. El ánodo de cobre es retirado por un brazo mecánico, disponiendo del producto para su almacenamiento. 

El miércoles 25 de septiembre, el Carrusel 3 de la Fundición Caletones moldeó por última vez. El sistema, activo desde la década de los 40, requería de la intervención directa de los trabajadores en el proceso. Fue la época de los lingoteros, quienes movilizaban miles de toneladas de la ya extinta barra de cobre refinado, lo que les significaba una gran exigencia física y riesgos asociados a la seguridad.

Mientras en el lugar se moldeaban los últimos queques o barras de cobre, a pocos metros de distancia el escenario era absolutamente distinto. La primera de las ruedas del sistema Twin cumplía con una de sus primeras jornadas operativas. Seguros desde la cabina de comando, los operadores supervisaban la producción de ánodos de cobre, ahora producto final estandarizado de la División.

El contraste entre ambas realidades es un reflejo no solo del avance tecnológico impulsado por El Teniente, sino que también del esfuerzo por mejorar las condiciones de trabajo para los operarios de Fundición. Se trata, en definitiva, de un hecho histórico que cambia definitivamente la forma de operar en Caletones.

“Este proyecto nos está aportando valor”, explicó el Gerente de Fundición de El Teniente, Germán Richter, quien por sobre todo resalta el cambio positivo en cuanto a las condiciones que deben enfrentar los trabajadores. “Nuestro producto ahora es entregado en formato de ánodos para las distintas divisiones donde los refinan. Estamos incorporando nueva tecnología, con un exitoso proceso de transformación de nuestro equipo, que ha sabido pasar de la operación manual a la automatizada, además, se destaca el buen desempeño de todo el equipo de la Fundición y en especial de los trabajadores, en el éxito de esta puesta en marcha”, detalló.

José Berríos, Superintendente de Mantenimiento de la Fundición, actualmente encargado de la puesta en marcha de la Rueda Twin, estuvo presente en el último moldeo del Carrusel 3.  “Puede que en los trabajadores antiguos haya existido un poco de nostalgia por lo que se deja atrás, algo normal. Sin embargo, he conversado con los operadores y lo que existe en definitiva es una gran expectativa por los desafíos que supone el nuevo método”.

“Uno de los aspectos más positivos es que bajamos notoriamente el riesgo asociado a la tarea, previniendo además temas relacionados con la salud que históricamente presentaban los trabajadores del área. Es un mundo totalmente distinto en cuanto a la calidad de vida”, destacó Berríos.

Hoy, donde estaban apostados los lingoteros, existe un sistema automatizado controlado en su totalidad en su cabina de mando, que reúne tanto a los operadores de la Rueda Twin como a los operadores de los hornos, equipo encargado de surtir el material fundido para su moldeo y transformación en ánodo.

“Estamos avanzando y eso siempre es bueno para el negocio, no queremos quedarnos estáticos. De esa manera hacemos el proceso mucho más rentable para la Corporación y para Chile”, reflexionó Germán Richter.

Instalación y puesta en marcha

El sistema Rueda Twin, desarrollado para la División El Teniente por la empresa finesa Outotec, consiste en un sistema de moldeo de dos ruedas gemelas de 16 moldes cada una, operando en forma paralela, aumentando la eficiencia y productividad. El pasado 13 de septiembre comenzó a operar la primera de ellas, apostada en el ala Sewell de la nave de Fundición en Caletones.

La implementación de la Rueda Twin comenzó el pasado 15 de febrero, con las excavaciones y las obras civiles. El día 13 de septiembre, con la puesta en marcha “en caliente” –es decir, produciendo ánodos- operando con cobre la primera de ellas, se cumplió un hito intermedio previo a la puesta en marcha de todo el sistema, contemplado para el mes de diciembre del presente año.

Para operar la rueda de moldeo, Germán Richter indicó que se requieren cinco personas. “El sistema es operado desde una sala de control y el principal rol de la gente es la supervisión de los sistemas e intervenir en la preparación de los sistemas y para retirar el ánodo, después de enfriado con un monta carga que almacena el producto final”.

 “Además de la mejor calidad de vida y el ambiente más seguro que derivan de la instalación de esta rueda, también podemos producir más. Antes, en doce horas lográbamos procesar 400 toneladas. Ahora, podemos hacer lo mismo en cinco horas”, explicó Richter.

Los viejos equipos de la década de los 40 desaparecerán y se habrá terminado definitivamente con los vestigios de un moldeo de lingotes arcaico. “Este es un hecho histórico y un gran anhelo para la División y la Fundición”, explicó Germán Richter. Es el camino para que El Teniente sea más productivo y sustentable en el tiempo.