Las oficinas de Procobre en Santiago tienen una particularidad: la calefacción central tiene radiadores de cobre, que muestran un uso del metal rojo muy decorativo y funcional.
Cada oficina tiene un tamaño y diseño diferente de radiador. Algunos de ellos se patinaron azules o verdes y los que no están patinados están protegido por la laca incralac, que mantiene el brillo permanente del metal. Lo común de estos radiadores es su diseño limpio y moderno, con tubos rectos, tubos curvos y en el baño con tubos seca toallas para aprovechar el calor.

Aunque muy llamativos, las ventajas más importantes de estos aparatos van por el lado funcional y no decorativo. Tienen gran eficiencia en la entrega de calor; ahorran combustible en la partida de la caldera; el coeficiente de incrustación en el cobre es muchísimo más bajo que en otros metales, lo que significa que casi no necesitan mantención interna porque no acumulan sarro, y el que toda la tubería vaya a la vista permite ganar calor hacia las piezas y no en las paredes.

"Los radiadores se diseñaron en Procobre y se confeccionaron en una empresa chilena externa. Los únicos modelos que no se utilizaron fueron los radiadores hechos con preffitting, que no se sueldan sino que a través de una máquina se les pega un apretón y quedan fijos; y los de placa", explica Francisco Schaffhauser, ejecutivo de Procobre.