El Cobre y el Medio Ambiente

El Cobre y el Medio Ambiente

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El cobre se encuentra en nuestro planeta de forma natural y antropológica.

En la corteza terrestre, su presencia media abunda en unos 60 miligramos por cada kilogramo. Los óxidos, los súlfuros y otros minerales de cobre son parte de los componentes de las rocas que forman la corteza terrestre y han dado lugar a los suelos y a los sedimentos a través de procesos de alteración y de transporte.

En el mar, el cobre se encuentra alrededor de 2,5 x 10-4 miligramos por litro. Su presencia es notablemente más baja en los océanos a medida que nos alejamos de las costas. En aguas interiores, el metal rojo puede alcanzar fácilmente valores que superan el 2 x 10-2 mg/l.

Las actividades volcánicas, por su parte, han llevado el cobre a la atmósfera en forma de materiales en polvo y en partículas que después se depositan en el suelo y en las aguas superficiales.

Fuentes naturales
Entre las fuentes naturales de cobre en los océanos están los peces y otros organismos muertos que, al depositarse en el fondo, forman sedimentos ricos en cobre y en materiales orgánicos.
Respecto de los procesos naturales, se estima que anualmente el depósito total de cobre en el ambiente acuático es aproximadamente cuatro veces superior al que produce el hombre.

Fuentes antropológicas
Entre las fuentes antropológicas del cobre están las emisiones de las actividades mineras de depuración o de las industrias metalúrgicas que producen o utilizan cobre, cinc, plata, oro y plomo.
También contribuyen a las emisiones de cobre, la incineración de basuras urbanas y la producción de energía a través de la combustión de carbón. Otras fuentes vienen de productos que usan el metal rojo en su fabricación, como barnices y otros materiales como antimohos; en la agricultura, los alguicidas y fungicidas, y en zootecnia como integrador alimentario.