División Talleres: Reciclando la chatarra

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División Talleres: Reciclando la chatarra

«Los residuos sólidos (RISes) pueden convertirse en recursos valiosos. Así lo ha demostrado división Talleres que usa la chatarra como una de las materias primas para la fabricación de repuestos, piezas y herramientas, que se utilizan en la minería. Durante este año, Talleres espera despachar más de 10.000 toneladas de piezas, producidas gracias a este proceso de reciclado, evitando un problema ambiental de disposición de estos residuos, ahorrando costos y generando ingresos a la Corporación».

En el contexto del compromiso de Codelco con el desarrollo sustentable, la actividad de reciclado y fabricación de piezas de la división Talleres se potenciará en forma importante. Para noviembre próximo se iniciará un proyecto de manejo integral y reciclaje en el que Talleres comprará la totalidad de los RISes de división El Teniente (provenientes de repuestos fundidos); y el mismo proyecto se aplicará a los residuos sólidos de división Andina a partir del 2002.


A través de esta iniciativa, Talleres obtendrá un mejor precio y garantías de calidad de la chatarra; entregará un servicio integral de manejo de residuos, liberando además a división El Teniente de una labor que hasta ahora realiza su área de servicios.


También es una forma de aprovechar las sinergias corporativas de Codelco, ya que Talleres deberá fiscalizar la buena utilización del los sobrantes que pasen a terceros para cerrar el círculo de uso de estos materiales. Ello, a su vez, resuelve el tema ambiental de los RISes de El Teniente, que quedará en condiciones de hacer sus certificaciones y dispondrá de un sistema transparente de auditorías al no vender residuos a otra empresa, sino un traspaso a otra división de Codelco. Actualmente, Talleres gasta miles de dólares anuales en compra de chatarra, por lo que estos proyectos serán un importante ahorro. El jefe de Abastecimiento de Talleres, Cristian Donoso, explica que la chatarra más costosa es la de alto cromo y manganeso. Acerca de los RISes de El Teniente, “los puntos más atractivos serán los molinos y el acopio de bolas, por lo que con este nuevo sistema de reciclaje se podrá programar qué tipo de chatarra llegará cada mes, porque ello dependerá de lo que nosotros mismos produzcamos y se podrá prever si va a faltar algún elemento para conseguirlo en forma extra y mantener el stock”.


EL PATIO DE CHATARRA

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Para un visitante inexperto, el patio de chatarra de división Talleres puede parecerle un montón de hierros torcidos y oxidados, pero el trabajo de selección los transforma en el material básico para el trabajo de la fundición, algo así como la harina del pastel.


Los trabajadores clasifican los distintos tipos de chatarra en corrales separados, facilitando el proceso de preparación de cargas y un mejor funcionamiento de las grúas (que transportan las cargas de un lugar a otro).
Eduardo Núñez, encargado de este sector, explica que la tarea de selección –que la realizan los integrantes del área en sus tiempos libres- permite “ampliar la capacidad de stock y evitar la contaminación de elementos, dividiendo sectores para bolas, briquetas, chatarra de primera o despuntes, chatarra de segunda, acero manganeso y hierro fundido, entre otros”. La sección la conforman siete trabajadores que procesan y cortan la chatarra de acuerdo a los estándares de fusión. Juan Zambrano, jefe de esta última área, recalca que la calidad y densidad del material son las principales características en que deben poner atención los operarios al cumplir una orden de carga, donde se especifica la cantidad y calidad de cada ingrediente. Explica que de ello depende el resultado y el control de elementos no deseados: “necesitamos que sea chatarra de buena calidad en cuanto a

composición química y de alta densidad para lograr más peso con menor volumen. Los elementos indeseados son fósforo, azufre, antimonio y estaño, entre otros, así como también ciertos contaminantes como grasa, aceite y pintura”.


La buena selección de materiales se vincula más que nada con la experiencia. “Los distintos elementos -dice Núñez-, tienen colores, sonidos y texturas diferentes, que un trabajador con experiencia los reconoce. Con un magneto de radio portátil detectamos si una chatarra contiene manganeso o acero. Si hay dudas, viene gente de Fusión a corroborar y se mandan a hacer análisis al laboratorio químico”.


El patio de chatarra inició en mayo de este año un proceso de limpieza y ordenamiento. Actualmente, la escoria acumulada en el lugar se trasladó a un botadero autorizado en la planta de cal Los Lirios (a 12 Km de Rancagua). Así, la planta está lista para recibir y reciclar más chatarra.