División Radomiro Tomic foresta el desierto

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División Radomiro Tomic foresta el desierto

«Dentro de su compromiso de contribuir al mejoramiento, protección y conservación del medio ambiente, la división se propuso el desafío de forestar parte del desierto más árido del mundo. Ello a través varios proyectos, como el Centro Ecológico Radomiro Tomic y un convenio de forestación de zonas áridas de altura con Conaf, que incluye un invernadero».

El convenio de cooperación técnica “Forestación de Zonas Áridas” de Altura entre Radomiro Tomic y Conaf, suscrito en 1998, ha significado la plantación y mantención de 13 hectáreas con 3 mil especies adaptadas a zonas áridas y de altura, ubicadas en varios paños alrededor de las instalaciones de la división (a 42 Km de Calama).

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Para optimizar el agua usada, un recurso caro y escaso, se instaló un sistema de riego por goteo que opera como un modelo de presiones por pendiente. El agua llega a cada árbol a través de goteros conectados a líneas o mangueras que salen desde una matriz húmeda.


Cada árbol consume casi 100 litros de agua en una semana (se utiliza agua industrial, es decir, sin tratamiento previo). Estos tres años de proyecto han significado enfrentar desafíos vinculados a las condiciones adversas del desierto y a una altura de 3.000 metros snm, como suelos salinos, temperaturas extremas mínimas de 9º C bajo cero en invierno, vientos de 120 km/hora y escasa humedad relativa. Aún así, se logró que algarrobos, pimientos, cipreses y acacias continúen verdes y sanos, con un crecimiento promedio actual entre 1,2 a 2 metros y una mortalidad de sólo 15%

 

Todo este esfuerzo no sólo mejora las condiciones laborales de los trabajadores de la división desde un punto de vista paisajístico y visual, sino también a la adquisición de una experiencia innovadora que permitirá a Conaf replicarla en otras zonas de altura.


En agosto de este año, una vez que los árboles se adaptaron a las condiciones de clima y suelo de altura, se inauguró en terrenos de la división un invernadero que permite la reproducción de plantas y árboles. La producción del vivero de lo que va de este año ha sido de 5000 ejemplares. A partir de enero del 2002, la producción del vivero se entregará a los trabajadores de la empresa para que continúen en Calama el sueño de dar vida al desierto.


En esta línea de trabajo, en la misma zona del invernadero, la división construyó el Centro Ecológico Radomiro Tomic, utilizando materiales reciclados a partir de los residuos de las operaciones mineras. El centro rescata también los valores de la cultura atacameña, ya que se utilizó en su construcción la piedra y el barro.
“El centro busca ser un punto de encuentro entre los trabajadores y su entorno, para que en él se disfrute de la camaradería laboral y familiar”, explica Sandra Riquelme, ingeniero en Gestión de Medio Ambiente de División Radomiro Tomic.