Foto 1: proyectil Foto 2: furgón de transporte de choferes de la empresa JM dañado por pedradas Foto 3: chofer de la firma JM herido la madrugada del 9 de julio de 2007

Con una fractura en su pómulo izquierdo, además de problemas de visión y audición, permanece internado en el Instituto de Seguridad del Trabajo (IST) de Viña del Mar, Israel Vásquez, conductor de la empresa de transporte JM, que presta servicios a la División Andina de Codelco. El trabajador recibió el impacto de una piedra mientras se dirigía a sus labores, en la ciudad de Los Andes, V región.

El ataque al mini bus, donde viajaba Vásquez junto a otros conductores de la empresa de transporte, ocurrió cerca de las 5:00 de la mañana en la intersección de las calles Pascual Baburizza con Justo Estay, cuando todavía no amanecía. Luego de ser atendido de urgencia en el hospital de Los Andes, el trabajador fue trasladado hasta el IST de Viña del Mar.

Esta última acción de violencia se suma a otros ataques y delitos que han sufrido vehículos que transportan trabajadores de Codelco o de empresas colaboradoras, los cuales han aumentado en los últimos días. Por esta razón, Codelco ordenó la detención total de las labores productivas de la División Andina hasta que existan garantías de seguridad durante los desplazamientos hacia las áreas de trabajo, ubicadas a 34 kilómetros al nororiente de la ciudad, en plena cordillera de Los Andes.

“Nuestra principal motivación y responsabilidad es la protección de la vida y la integridad física de los trabajadores”, indicó Daniel Trivelli, gerente general de Andina. Junto con ello, el ejecutivo rechazó la violencia utilizada por un pequeño grupo de personas que apoya la movilización convocada por dirigentes sindicales de empresas colaboradoras de Codelco.

Explicó que los hechos delictuales han aumentado en Los Andes desde que Codelco, las empresas colaboradoras y dirigentes de sus trabajadores decidieron reanudar el diálogo en una mesa de trabajo corporativa el miércoles 4 de julio.

De hecho, la situación de Israel Vásquez se suma a otras acciones violentistas que hasta ahora no habían provocado heridos de consideración. La semana pasada, dos alumnos en práctica resultaron con lesiones menores al recibir las astillas del vidrio de un bus donde viajaban.

En la madrugada de hoy, alrededor de las 03:00 horas, en otro sector de Los Andes, fue apedreada la camioneta de un supervisor de Andina. El vehículo se encontraba estacionado en el frontis de la residencia particular del profesional, en la Villa El Bosque. La camioneta quedó con uno de sus vidrios rotos y además se le extrajo su radio.

También durante el fin de semana, manifestantes detuvieron buses de personal contratista en diversos puntos de la ciudad y obligaron a sus ocupantes a descender para impedir que se integraran al trabajo. Adicionalmente, se han registrado barricadas y quemas de neumáticos, así como acciones de amedrentamiento a trabajadores de empresas colaboradoras que han concurrido a sus labores en vehículos propios.

En el ámbito legal, la semana pasada fue acogido un recurso de amparo que interpuso División Andina ante la fiscalía local, invocando el derecho al libre tránsito y acceso a la fuente laboral de los trabajadores propios y contratistas. La División se sumará, además, a la querella presentada por la empresa JM a raíz de las heridas causadas a Israel Vásquez.

“Como empresa estamos preocupados y repudiamos todos los actos de violencia, porque afectan tanto a nuestros conductores como a los pasajeros. También disminuyen nuestro servicio y crean una sensación de inseguridad, no sólo a nosotros sino también a nuestros usuarios”, afirmó Christian Balbontín, gerente general de la empresa de buses JM.

Desde que se iniciaran las movilizaciones de contratistas a la fecha, en División Andina se han registrado principalmente barricadas en el camino de acceso al mineral, apedreos de buses y vehículos particulares y un intento de descarrilar el tres que transporta el concentrado de cobre entre la localidad de Saladillo y el puerto de Ventanas.

A pesar de estos hechos, hasta ahora este yacimiento ha logrado mantener un ritmo productivo cercano a la normalidad. La asistencia de personal contratista no ha superado el 30 por ciento, lo que ha generado dificultades, principalmente en los servicios de aseo industrial y alimentación del personal.