Han pasado dos años desde que nació este proyecto, impulsado por Codelco (con un FIS), la municipalidad local y el Gobierno Regional a través del FNDR. Durante este periodo, más de 60 niños se han transformado en el rostro de esta iniciativa socio-musical que entrega una alternativa a menores con situaciones vulnerables.
Son más de 60 millones de pesos los que contempla mensualmente la mantención de la orquesta, cofinanciados por cada uno de los "socios" de esta orquesta, que considera más de una decena de profesionales de apoyo y a más de 60 familias involucradas a muerte con el proyecto. "Esto es algo maravilloso, que ha transformado a nuestros hijos. El nuestro duerme con la flauta bajo la almohada. Si hay un terremoto estamos seguros de que se preocupará de ella antes que de nosotros", sostiene Hernán Díaz, padre de Hernán, de 13 años, intérprete en flauta traversa de la agrupación.
Hernán sueña con ser músico. "La orquesta es todo para mí. Si no estoy en la orquesta me siento mal, no soy nada. Para mí este es uno de los mejores proyectos que ha financiado Codelco en Mejillones y me siento muy feliz de ser parte de esto".
La madre de Lorena del Villar (contrabajo), postrada en silla de ruedas, comparte el entusiasmo y la emoción de Hernán y de sus padres. "Me emociona caleta cada vez que toca, me lo lloro todo. Mi hija está feliz, vive para esto", afirma.
Sustentabilidad es mucho más que mitigación
El proyecto partió con 50 niños. Los postulantes debieron sortear una prueba de aptitudes musicales (muchos de ellos no sabían tocar ningún instrumento) pero también debían cumplir con requisitos relacionados con su condición social. "El proyecto no tiene en su misión sólo hacer música, sino ser una alternativa verdadera frente a lo que es la población menos favorecida. Estamos hablando de familias que probablemente están al margen de muchas de las bonanzas que tiene nuestro país, situadas en lugares muy lejanos, distantes de los centros culturales, educativos y que acceden, por medio de los municipios, a los programas de orientación y ayuda", sostiene Mario Brignardello, director técnico de la orquesta.
Añade al respecto que, en Mejillones, "esto se transformó en un brazo más de la red social. Y eso para nosotros es un orgullo. El trabajo que se ha hecho acá, desde ese punto de vista, ha permitido que la orquesta sea un canalizador de problemáticas sicosociales, familiares y también ha permitido que podamos tener un grado de conocimiento mucho más profundo de lo que le ocurre a la comunidad en su vida más íntima. Esta orquesta abre ese canal".
El alcalde de Mejillones es quizás quien más vibra con esta iniciativa, de la cual se reconoce orgullosamente promotor. Marcelino Carvajal es otro de los que llora cada vez que asiste a las presentaciones de la orquesta. "Lo que estamos haciendo es calidad de vida. Esto es calidad de vida. Y creo que la mejor inversión que se puede hacer es en nuestros niños y qué mejor que hacerlo a través de la música", asegura. Y en sus palabras, el reconocimiento a lo que ha hecho Codelco. "Ellos no están hablando de más cobre, de más plata o de más transporte hacia Mejillones. Codelco se está metiendo en nuestros hogares a través de nuestros hijos en este proyecto compartido".
Orquesta para rato
La Orquesta Sinfónica Infantil Escolar de Mejillones no descansa. Tras la gala un grupo de sus integrantes tocó junto a Roberto Bravo en la celebración de los 50 años de vida artística del pianista. Fue una agrupación mixta, formada por los tres proyectos de Codelco. Los niños de Los Andes, Mejillones y Til Til dieron vida a una orquesta que acompañó al músico en esta presentación.
Terminadas las vacaciones de invierno, los escolares de Mejillones tuvieron la posibilidad de integrarse a la orquesta en un nuevo proceso de selección. Tal como ha ocurrido cada vez que se produce un llamado, el entusiasmo y el interés por ingresar superaron las expectativas.
Las palabras de Brignardello, el director, encierran el concepto final de este sueño. "Aún estamos en un proceso de nacimiento, de maduración. Lo que es cierto es lo que se ha generado en las comunidades donde esto se ha desarrollado -Los Andes, Mejillones, Til Til- y es la sensación de que efectivamente la comunidad se apropia del proyecto y percibe que esto es algo concreto, real y no es un evento, no es algo que viene y se va, sino que es algo a lo cual se puede optar y donde uno puede permanecer y proyectarse".