Marcela Oñate, operadora de Fundición Caletones: “Estar en El Teniente me demostró que las mujeres podemos hacer cosas que antes no pensábamos éramos capaces de realizar”

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Marcela Oñate, operadora de Fundición Caletones: “Estar en El Teniente me demostró que las mujeres podemos hacer cosas que antes no pensábamos éramos capaces de realizar”

A Marcela Oñate siempre le llamó la atención el rubro minero. Trabajaba en una carnicería, pero la inquietud de desempeñarse en la misma área que algunos de sus familiares fue más fuerte. Así, decidió cambiar de rumbo y, de la mano de una empresa contratista, llegó a El Teniente.

“Fui la primera operadora de cargador frontal que entró a esa empresa”, recuerda con orgullo. Hoy, trabaja como operadora en la Fundición Caletones.

¿De qué se trata tu trabajo? ¿Cómo es tu día a día?

A las 6:20 tomo el bus y a las 7:45 estamos recibiendo el turno. De ahí nos vamos, junto con mis compañeros, cada uno a su postura, que son los diferentes lugares donde nos toca ir. A veces debo ver las correas, los chutes, limpieza de carguío y en eso se nos va el día. Debo ver que no caiga nada en las correas que las pueda romper, ensuciar o tapar la parrilla, que no pase un fierro o una piedra grande que la pueda tapar.

Nosotros limpiamos y también apaleamos, que es una de las cosas que más me costó, porque en mi vida había tomado una pala y me siento orgullosa de decir que ahora puedo, porque antes no lo hacía. Y ahora yo las tomo y voy, nadie me dice que no voy a poder hacer las cosas, porque yo puedo.

Trabajamos cinco personas en el equipo. Dos están en la sala, el operador y el ayudante, que ven las plantas y se dedican a ver el sistema en los computadores, que no suban las temperaturas, los indicadores, el proceso en sí. Y nosotros somos los operadores de fundición, que nos enfocamos en las correas, chutes y parrillas, que no se tapen, rompan, corten ni dañen.

¿Cómo llegaste a El Teniente?

Soy de familia minera. Mi papá y mis tíos son mineros y a mí siempre me gustó la minería. Hice un curso para operar cargadores frontales y siempre estuve postulando a El Teniente, hasta que lo logré y eso para mí significa mucho, porque además del prestigio que tiene Codelco y de estar en una empresa grande como esta, es un respaldo para mí, para mi familia y, además, aportar con un granito de arena para Chile.

Yo trabajaba en una empresa contratista, en la Planta de Filtros, estuve dos años y allí fui la primera operadora de cargador frontal. Ahora a veces me toca trabajar con ellos e ir de capataz a algunas áreas.

A mí me gusta mucho todo lo relacionado a la maquinaria. Tengo la licencia que me otorgó Codelco, así que igualmente hago cosas con el minicargador.

¿Qué ha significado El Teniente en tu vida?

Experiencia. Mucha experiencia y también me ha entregado valores. Además de demostrar que las mujeres podemos hacer cosas que antes pensábamos no podíamos. Acá mis compañeros me han entregado su experiencia y enseñanzas para avanzar.

Mi familia, mis hijos, están orgullosos de mí, porque en algún momento pensé que no iba a poder, pero tener este ímpetu me enseñó que soy capaz, que yo puedo y avancé y llegué hasta donde estoy.

¿Qué significa para ti trabajar en una empresa como Codelco, que entrega sus excedentes a todos los chilenos y chilenas?

Sí, me da mucho orgullo y me llena de felicidad. Y le explico eso también a mis hijos y a mi hija especialmente, en decirle que, si ella quiere, va a poder y se va a sentir plena, tal como me siento yo.