Guillermo Velásquez, operador experto de la mina Esmeralda y líder de la mantención y reparación: “A todo trabajador que llega, lo primero que se le inculca es la responsabilidad”

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Guillermo Velásquez, operador experto de la mina Esmeralda y líder de la mantención y reparación: “A todo trabajador que llega, lo primero que se le inculca es la responsabilidad”

En enero del próximo año, Guillermo Velásquez cumplirá 33 años trabajando en la División El Teniente. “Desde que llegué, en 1991, siempre me he desempeñado haciendo reparaciones”, cuenta el operador experto de la mina Esmeralda y líder de la mantención y reparación. O “MyR” como dicen al interior de la montaña.

¿De qué se trata tu trabajo?

Hacemos todas las reparaciones y mantenciones para que los equipos de producción puedan hacer su trabajo de manera satisfactoria. Reparamos los puntos de vaciado, las chimeneas, las carpetas, cajas de fortificación. Hay 21 actividades que nosotros realizamos.

¿Cómo es tu día a día en la División?

Comenzamos viendo qué sucedió en el turno anterior, para ver si hubo alguna anomalía que sea necesaria ir a resolver. Si bien tenemos una programación y nos organizamos con una cuadrilla para el trabajo continuo y otra para las contingencias, siempre hay que “apagar incendios” como decimos nosotros, porque debemos reparar constantemente para entregar los espacios rápidamente a la producción.

¿Recuerdas cómo llegaste a El Teniente?

La verdad, yo no quise ser minero. Mi papá era trabajador de Codelco, bien conocido porque era deportista, fue boxeador, campeón de Chile (Guillermo “Chico” Velásquez).

Hice la práctica en la Fundición Caletones, los conocí a todos allá. Después de eso me iba a dar un año sabático, pero mis amigos me decían que fuéramos a trabajar y uno me insistió tanto, que fui. Ese primer contrato duró seis meses y pensaba, ahora sí, ir a descansar, pero a las dos semanas me llamaron para trabajar. Yo pensé que era en Colón y cuando salió el listado, era para la mina y dije “hay que apechugar nomás”. Así le fui agarrando cariño, es otro mundo, otra cultura y los conocimientos que adquirí con la gente, es impagable.

Ahí llegué al Teniente 4 Sur, a la reparación menor, con serruchos y martillos, donde los famosos “matapalos” (como se les conocía a quienes trabajaban en mantención y reparación con madera) y me gustó esa parte de la maestría.

Te empinas ya por los 33 años de trayectoria en la División ¿Cómo los definirías?

Bien satisfactorios. He tenido altos y bajos en mi carrera, como todas las personas, pero lo que más, es que he aprendido. En la parte laboral, en conocer a la gente, a explayarme, a conversar, a ser buen maestro. Y la clave de eso es querer lo que uno hace, no caer en la monotonía, porque ya son varios años y he tenido buenas experiencias que he podido transmitir a los demás.

¿Qué significa para ti trabajar en una empresa como Codelco, que entrega sus excedentes a todos los chilenos y chilenas?

A todo trabajador que llega a la empresa, lo primero que se le inculca es la responsabilidad. Y me siento orgulloso, a pesar de que siento que a veces las personas no entienden lo que significa trabajar acá, cómo tenemos que trabajar en el cerro para sacar los recursos, que también tiene sus problemáticas, además que son muchas horas que sacrificamos tiempo con la familia. Pero creo que la empresa aporta mucho al país y eso no hay que transarlo.