Francisco Medina recuerda la fecha exacta en que pisó por primera vez las operaciones de Codelco División El Teniente. “Fue el 30 de enero de 1989”, relata. Hoy, casi cuatro décadas después, vive sus últimas semanas en la minera, donde se desempeña como jefe de turno de Perforación y Tronadura de la mina Esmeralda, sector en el que desarrolló toda su carrera tenientina.
¿De qué se trata tu trabajo?
Al llegar a mi área de trabajo, lo primero es planificar, ver qué se hará en el día a día y entregar esa instrucción a las personas para que puedan proceder a ejecutar la tarea encomendada. Llevo 22 años en Perforación y Tronadura, contento, feliz de hacer esta actividad, porque es uno de los principales ejes de cualquier mina, porque con ella se incorpora el área para la producción, para sustentar el negocio.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
¡Todo! La interacción con las personas, con mis “viejos” que les digo yo. Interactuar también con la naturaleza, con el cerro, saber que estamos dentro de esta mina, en plena cordillera.
¿Recuerdas cómo llegaste a la División?
Llegué al área de Planificación, a una unidad que se llamaba UPCM, que en ese tiempo significaba Unidad de Planificación y Mantención.
Yo trabajaba en Santiago, en el área minera, pero se dio la posibilidad de postular y lo hice. Mi padre trabajó muchos años acá, también otros familiares y siempre me llamó mucho la atención esta mina. En ese tiempo lo veía como algo muy lejano, algo incluso tenebroso, que solo la gente más avezada iba a trabajar a la mina y quise conocerla.
Me fue bien y hoy ya tengo 36 años en la División, siempre en mina Esmeralda. Pasé por Planificación, Producción y ahora llevo 22 años en el área de Perforación y Tronadura.
En estas más de tres décadas ¿Qué sientes que le entregó la División a tu vida?
Todo. Estoy muy agradecido de la División El Teniente, que me dio oportunidades para crecer como persona, como trabajador, armar un proyecto de vida, llevarlo a cabo y poder construirlo. Así que le doy las gracias a El Teniente, que me entregó mucho, así como yo también entregué. Ha sido recíproco.
¿Cuáles han sido los principales cambios de los que fuiste testigo en El Teniente?
He visto muchos. Solo en el área de la Tronadura, por ejemplo, pasar de elementos manuales a una detonación electrónica con dispositivos inalámbricos que van en pos de la seguridad del trabajador. Los equipos LHD (cargadores frontales) que hoy se operan de forma autónoma, martillos que eran manuales hoy son telecomandados.
He visto un cambio significativo en cuanto a proteger, a cuidar la seguridad y salud de las personas.
¿Qué mensaje de seguridad te gustaría dejar a las y los trabajadores de la División?
El cuidado y el autocuidado. Que cada vez que nos enfrentemos a algún riesgo, miren, observen, escuchemos y, en conjunto, con una buena planificación, procedan. La seguridad empieza por uno y si se cuidan, cuidan a los demás. Aprendan a mirar, a escuchar y a tomar las mejores decisiones para aprender un trabajo.
Así como de forma personal estás cumpliendo un ciclo, ¿Qué sientes al haber sido parte de una organización como El Teniente, que celebró 120 años de historia?
Siento orgullo de haber pertenecido a esta División, que dejo en unas semanas, valorando mucho lo que me entregó. A las nuevas generaciones, les digo que acá a todos se les dan oportunidades, así que sepan aprovecharlas y siempre tengan presente el autocuidado.
A mis compañeros de trabajo, que son más jóvenes que yo, que tienen toda una vida por delante para realizar sus proyectos de vida. Cuídense y cuiden su trabajo.
Y, especialmente, agradecer y reconocer a mi familia. A mi mujer, a mis dos hijas y a mi nieta, por haberme entendido, comprendido, tenido paciencia todos estos años. Ya estaremos disfrutando, se acabaron los turnos.