Más de 2 mil metros cuadrados darán vida al Rincón de la Biodiversidad, un espacio ubicado en el Centro de Investigación de Ecosistemas Mediterráneos (CEIEM) de la Hacienda Cauquenes, espacio impulsado por Codelco El Teniente y el Instituto Forestal de Chile (INFOR).
Con entusiasmo y compromiso ambiental, estudiantes del Colegio Carlos Miranda de Rancagua participaron en la primera jornada de plantación en el marco del programa "Bosque Escuela Miyawaki", desarrollado en el Centro de Investigación de Ecosistemas Mediterráneos (CEIEM). La iniciativa forma parte del convenio de colaboración que mantiene Codelco División El Teniente con el Instituto Forestal de Chile (INFOR).
El proyecto busca crear un espacio educativo dentro de uno de los principales centros de investigación forestal de la zona, con la participación de diversos establecimientos escolares de la región. A través de jornadas prácticas de plantación, la propuesta promueve la sustentabilidad y refuerza la educación ambiental en niñas y niños.
“Es un área destinada a que los visitantes puedan conocer las especies del bosque nativo, observar su crecimiento y entender su historia. Se transformará en un centro de biodiversidad que, en la práctica, replica un bosque natural”, explicó Iván Quiroz, administrador del convenio.
Por su parte, Francisco Allan, encargado territorial de la dirección de Desarrollo Comunitario de El Teniente, destacó el enfoque integral del proyecto. “Abrimos un espacio que no solo tiene un propósito educativo, sino que también refleja los valores de Codelco en torno a la sustentabilidad y el trabajo colaborativo con la comunidad. Se busca fomentar la conciencia sobre la importancia de los árboles y el respeto por el entorno”.
Ubicado a solo 100 metros del vivero del centro de investigación, el bosque cuenta con senderos delimitados con durmientes reutilizados desde la faena minera, y busca replicar un ecosistema natural que impulse la valoración del bosque nativo entre sus visitantes.
Protagonismo estudiantil
Durante la jornada, los y las estudiantes conocieron el proceso de producción de plantas nativas y reflexionaron sobre la importancia de asumir compromisos ambientales. Provistos de palas y guantes, cada uno tuvo la oportunidad de plantar su propio árbol.
Priscila Valenzuela, asistente de aula del Colegio Carlos Miranda, valoró la experiencia. “Esto representa un gran aporte. En el colegio también contamos con un huerto escolar donde varios estudiantes de octavo han participado activamente, por lo que esta actividad fue muy innovadora y enriquecedora para ellos”, dijo.
Pablino Leiton, estudiante de octavo año, compartió su entusiasmo. “Me pareció súper entretenida. Es una actividad que incluso podríamos repetir en casa”. Su compañera, Luz González, agregó que “es muy emocionante y chévere, porque salimos de la rutina y hacemos algo nuevo”.
Para Monserrat Pérez, también participante de la jornada, la actividad tuvo un significado especial. “Me encanta, porque siento que estoy ayudando al planeta. Y cuando vuelva con mi amiga vamos a poder decir: ‘¡Nosotros plantamos esos árboles!’, y eso es súper lindo”, comentó.
La formación del bosque se extenderá durante los meses de junio y julio, con la plantación de más de 2.000 árboles nativos de alrededor de 20 especies, entre arbóreas y arbustivas. Se incluirán tanto especies comunes como otras en categoría de conservación. Se espera que los primeros resultados visibles del bosque se manifiesten hacia finales de este año.