Historias del viejo y querido estadio El Teniente

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Historias del viejo y querido estadio El Teniente

El coliseo renueva su infraestructura, pero la memoria y los recuerdos de los tenientinos y la comunidad se mantienen inalterables.

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La memoria es frágil y la estadística sólo anota que el primer partido que se jugó en el estadio de la entonces Braden Copper Company, lo disputaron en 1947 los equipos de Contraloría y Bodegas, ambos del Departamento de Minas.

A pocas semanas de que la historia del Parque Estadio El Teniente escriba un nuevo capítulo con su renovada cara, la nostalgia alimenta recuerdos, evocando algunos de los hitos del emblemático recinto.

No se sabe cómo terminó ese primer partido, pero sí que ya el 1 de junio de 1945 el lugar había sido inaugurado por los ejecutivos estadounidenses como Estadio Braden Copper Company, aunque se demoraron dos años en autorizar su uso. Desde ese momento la cronología del recinto, propiedad de Codelco El Teniente, estuvo directamente relacionada con nuestros trabajadores, la comunidad y el deporte local.

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Fue el escenario de la fusión del O'Higgins Braden y el América, que el 7 de abril de 1955 daría vida al actual O'Higgins. Fue en esos mismos pastos donde en su debut profesional el equipo celeste derrotó a Ferrobadminton por tres goles a dos, con un tanto del ídolo Juvenal Soto. Fue en esa área en la que en 1964, Mario Óscar Desiderio, "El Tranvía", derramó talento y desparramó a las defensas rivales como palitroques.

También generaciones de rancagüinos desfilaron por la pista atlética recordando el aniversario de la batalla de Rancagua.

 

 

 

 

El mundial del '62

 

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Luis Rodríguez, actual administrador del Estadio El Teniente, recuerda otro hito: "En 1948 se hace cargo de la administración Armando Zurita, elegido por los ejecutivos de la Braden Copper para que éste hermoseara más el estadio y lo llenara de flores". El hombre embelleció el parque y durante dos décadas al mando del recinto supo cuidar su secreto: era un fanático colocolino.

La tarde del 22 de mayo de 1960, el mayor terremoto de la historia sacudió Valdivia y la zona sur del país quedó en ruinas. Rancagua asumió el desafío de ser sede del campeonato mundial de fútbol de 1962. El lugar se remodeló albergando siete encuentros, incluyendo el enfrentamiento entre Yugoslavia y Alemania Federal por los cuartos de final del certamen.

El 15 de febrero de 2013 el viejo estadio cerró sus puertas por algo más de un año con un agónico 3-2 de O´Higgins sobre Palestino y el dolor por la despedida de los 16 hinchas celestes muertos en un accidente carretero en Tomé.

Los antiguos tablones se transformaron de inmediato en un tesoro para los mismos que hoy esperan ansiosos la reapertura de un viejo y querido lugar que vuelve tras una cirugía mayor: con un aforo de 14 mil espectadores, cumpliendo todos los estándares FIFA y con instalaciones de alto nivel para los trabajadores de El Teniente, Rancagua y sus deportistas. Un estadio de clase mundial.

 

Memorias de tenientinos y celestes de corazón

 

Manuel González Pavez, jugador de O'Higgins en los años ochenta (Trabaja en Diablo Regimiento y fue rescatista en la mina San José)

"Vivía cerca del estadio el Teniente y desde muy pequeño fue un lugar especial para mí. Después me tocó jugar muchas veces en esos pastos y tengo los mejores recuerdos de la época en la que vestí la camiseta de O'Higgins de Rancagua.

Tuve la suerte de jugar profesionalmente por el club de la ciudad, a mediados de los ochenta, y enfrentar a los grandes equipos del país y tener compañeros que después fueron seleccionados y hasta mundialistas. Es un orgullo haber compartido camarín con Nelson Tapia, Gabriel Mendoza, Jorge Gómez y Fernando Cornejo, entre otros.

La ciudad se merece un estadio de primer nivel y la remodelación del viejo recinto es una excelente noticia para una región que siempre ha sido cuna de grandes deportistas. Una infraestructura de estas características me pone más que contento, especialmente por los jóvenes que tendrán más oportunidades de desarrollar sus potencialidades deportivas.

El aporte de Codelco a la remodelación es un reflejo más de que es una de las empresas más importantes de nuestro país. Además que está dentro de las políticas de la compañía promover el deporte, la actividad física y la vida sana.

Miguel Ramírez Cortés, jugador de O'Higgins años 70 (Trabaja en la planta de Filtro y Secado, en Caletones)

"Me produce mucha nostalgia acordarme de la cancha del ahora viejo estadio El Teniente, de sus graderías de madera y cemento. Ahí, en el Mundial del 62 vi a Inglaterra, Hungría y Argentina, entre otros. También pude ver a jugadores que hicieron historia en O'Higgins. Ese estadio para mí fue algo maravilloso. Me regaló triunfos y también derrotas inolvidables.

Me acuerdo de la campaña de 1973 que hicimos con O'Higgins. Fue año de alegría y de frustración. Fuimos terceros en el campeonato y en el último partido, si ganábamos, iríamos por primera vez a la Copa Libertadores. Colo Colo nos ganó 3-1 y nos dejó afuera. Fue mi pena más grande como futbolista.

La remodelación era necesaria porque la ciudad necesitaba un estadio moderno. Ahora he visto cómo está quedando y es espectacular.

Codelco El Teniente siempre se ha preocupado de la comunidad, el deporte y el medioambiente. Por eso es casi lógico que la empresa esté involucrada en la remodelación y administración de nuestro estadio. De esta División no se puede esperar menos.

César Valdivia Contreras, ex jugador de O'Higgins en los años 60. (Trabaja como estafeta en Codelco)
Cuando comencé en O'Higgins, el año 61, comenzó a construirse la galería Angostura para el Mundial de 1962. Recuerdo que la inauguración de ese sector fue ese mismo año, en un partido de O'Higgins contra una selección de Argentina.

Después jugué durante diez años en el club. En el viejo estadio pasé mis mejores años como futbolista. Incluso me llamaron a la selección chilena con la que disputé las eliminatorias al mundial de México 70. Recuerdo partidos contra Colo-Colo y entrenamientos que realizamos con las selecciones de Hungría y Austria durante el Mundial de 1962.


Aunque mis recuerdos del antiguo El Teniente son los mejores, la remodelación es una construcción magnífica y necesaria. Presencié el avance de la construcción y es un estadio maravilloso. Es un orgullo ser de Codelco y comprobar cómo siempre la empresa ha estado apoyando al deporte con su infraestructura.